celda de seguridad Media; celda de Vlad el Rojo

Un fuerte empujon le hizo trastabillar, pero logro mantenerse erguido y girarse furioso para mirar la cara del bastardo que lo habia llevado a esa celda; por fin despues de meses de tramites burocraticos estúpidos su ingreso a Prision Cain era una realidad. Al principio se habia negado rotundamente a creerle al Alcaide que habia amenazado con mandarle a semejante estercolero si volvia a tener una queja suya, y es que ciertamente, entrando y saliendo de prisión desde los 13, no era dificil adaptarse a un nuevo encierro, y una vez ahi, empezar a hacer lo que mejor sabia... contrabandear.

Dentro de cada una de las prisiones que habia estado se habia dedicado a convertirse en "El tipo que lo consigue todo" le gustaba la dependencia que algunos reos creaban hacia el y, ¿por que no? aveces debido a la falta de efectivo, gustaba de recibir ciertos...favores, que pudiesen saldar la cuenta pendiente.

Suspirando resignado se froto las muñecas laceradas por los hierros de las esposas, pasando los brazos por detras de la nuca se estiro cuan largo era en el incomodo catre y cerro los ojos, una ciesta seria genial.

Ahora este era su hogar, y Rusia estaba tan lejos ahora...

Con un paso tranquilo, como si aquel lugar fuera su patio de recreo, el guardia de seguridad se detuvo un instante colocando sus manos en su espalda balanceandose ligeramente del talon a las puntas como un pequeño, un preso se acerco a las rejas de su celda y le sonrio, el regreso el gesto y repentinamente le mostro el dedo medio de su mano derecha antes de seguir su camino hacia la zona de celdas de seguridad media, habia carne fresca segun habia escuchado y el queria hecharle un vistazo.

-Hola Hola? hay alguien ahi?

Se asomo atraves de las rejas.

la voz del guardia le saco de su sueño tan apacible que tanto le habia logrado conseguir, asi que sin animos de ver quien llamaba se limito a deslizar una de sus manos que tenia debajo de la cabeza para alzarla y visiblemente hacerle una seña con el dedo corazón.

El rubio se rio encantado

-vaya asi que el conejito ruso tiene caracter, no podia esperar menos de Vlad el rojo - se movio hacia el lado derecho de la celda desactivando la seguridad para entrar tranquilamente alzando los brazos para estirarse perezosamente - te gusta tu nueva madriguera conejito? que pasado viajar de noche no?-

Vlad gruño como un animal, irguiendose sobre su cama, y quedando sentado.

Miro al guardia de arriba abajo contemplativamente, este parecia poder servirle asi que con grandes esfuerzos se contuvo para no ponerse agresivo, si bien su naturaleza era algo salvaje, no era estúpido.

-¿quien carajo eres? ¿el comité de bienvenida?, pues ciertamente muy pobre he de decir, ni siquiera traes vodka

comento con sorna mirandole con odio brillando en esas ambarinas pupilas.

-Lo que sucede es que hay bebidas mucho mejores que el vodka barato pero de cualquier manera no es como si merecieras alguna - Se acerco mas a la cama tratando de ver el rostro del otro que quedaba ligeramente oculto entre la cabellera roja y la penumbra de la celda. -Soy solo un simple guardia que visita a un simple preso por que pasaran mucho simple tiempo juntos-

de un solo movimiento Vlad se incorporo, haciendo retroceder a el guardia, irguiendose en toda su altura, lo miro desdeñosamente.

- Ciertamente estaremos mucho tiempo juntos, y, siendo asi, creo que seria un desperdicio que solo fuera "simple" tiempo. Sr...

el pelirrojo dejo las palabras al aire, midiendo el nivel de cooperacion que podia ofrecer el estupido que estaba parado frente a el.

-Puedes llamarme amor o querido, lo que te guste mas - siguio sonriendo levanto el rostro para poder ver al otro a la cara sin que aquella accion lo hiciera sentirse incomodo en lo minimo - He escuchado que te interesan ciertas cosas cada vez que entras a alguna prision y bueno - Bostezo mirando de reojo su reloj de muñeca apartando al otro con suavidad para sentarse en la cama como si fuera suya - Si dejas de comportarte como un idiota ambos podriamos salir beneficiados de la llegada del conejito ruso

los ambarinos ojos se cerraron con desconfianzam pensndo, evaluando.

Despues de unos segundos, este se relajo y camino por la estrecha celda, recargandose en la pared de la entrada, y apoyando un pie en la puerta que descuidadamente el rubio habia dejado abrierta.

- Veo que las apariencias realmente pueden engañar, y muy cierto es que aqui nada es lo que aparenta, tu Estúpida cara afeminada no te resta inteligencia, eso es bueno.

Una risilla acompaño el comentario, si bien los rusos no son muy dados a sonreir frente a nadie que no sea de confianza con este velado lenguaje corporal, le dio a entender al otro que estaba en plena disposicion de cooperar con lo que fuese para asegurarse un aliado entre los de "afuera" que le ayudara con la reciente inaguracion de su "negocio".

-¿Y bien? ¿Acaso dentro de las obligaciones del comité no esta el de mostrarme lo mejor de este estercolero? tal vez si es inteligente, y me ayuda. podamos hacer de esto algo mas... llevadero.

-Oh...

Los ojos del rubio se clavaron en la espalda del pelirrojo y luego en la sonrisa fria, se puso en pie y colocando sus manos sobre los hombros del otro lo jalo con suavidad antes de ponerse frente a él pasandole las manos por el cuello dejando un beso corto y rapido en la firme barbilla del ruso.

-Me temo que en el curso que tome para atender prisioneros peligrosos no me dieron la clase de turismo y spa, pero tranquilo ya pensare en lago - Se alejo del otro guiñandole un ojo antes de salir de la celda y volver a cerrarla. - Hablaremos de nuevo despues, por ahora descansa... descubriras que en este lugar las cosas son mas interesantes de lo que piensas y quien sabe hasta podrias conseguir mas de lo que nunca has poseido

Se ajusto un boton con blancas y cuidadas manos y tarareando alegremente comenzo a alejarse.

El pelirrojo quedo unos segundos pensativo a puertas de su celda, para despues girarse y volver a su cama, tendiendose de nuevo en una relajada pose y metiendo la mano al raido abrigo que llevaba puesto, sonriendo con descaro para si mismo cuando encontro un paquete de cigarrillos dentro de la bolsa.

Abrio la cajetilla y descubrio un solo cigarrillo con un encendedor dentro de el.

-Asi pues¿ no das mas de lo necesario eh?, eso me agrada.

Con deleite se coloco el pitillo en los labios y lo encendio parsimoniosamente, deleitandose con el humo llenando sus pulmones.

Al parecer despues de todo esto resultaria divertido.

Elliot recorria por segunda vez aquel pasillo hacia las celdas de seguridad media, pero en aquella ocasion el chico con el que compartia habitacion "Naoto" iba a su lado, ambos ignoraron ruidos de otros presos y cuando finalmente llegaron el rubio abrio la reja señalando gracilmente con un movimiento de mano hacia le interior - Despues de ti

El Ruso ya estaba despierto y levantado.

Recargado en la pared opuesta vistiendo unicamente los pantalones del uniforme y con el pecho desnudo, al ser natal de tierras heladas el clima se le entojaba fresco; los miraba con ojos indiferentes, uno cubierto parcialmente con el rojo flequillo y los brazos cruzados sobre el fuerte pecho.

- Uhmmm, el comité de bienvenida ha vuelto y trae compañia esta vez. - dijo chavacanamente mirando a los dos guardas

-Hola de nuevo Vlad - Elliot se mostraba completamente confiado como si conociera la tipo de años aunque la realidad era que lo habia conocido apenas la noche anterior - Esta dulzura que ves aqui es mi colega, te recomendaria no subestimarlo

Vlad se acerco al moreno y lo miro analizandole y levantando su cara con un dedo.

-Es mono- declaro secamente mirando a el Rubio. ¿te lo has tirado ya?

pregunto sin delicadeza mientras evaluava su rostro de cerca. mirandole como un animal salvaje a la presa.

Elliot se apresuro a acercarse dando palmaditas en la mano del ruso pero empujandolo con firmeza por el pecho para hacerlo alejarse -No, el no es ese tipo de mercancia- suspiro pasando la mano por el cabello de Naoto - el y yo seremos tus provedorees dependiendo del efectivo que puedas aportar como inversion principal

Un asentimiento de cabeza fue toda respuesta.

El hombre se volvio hacia sus bienes personales y escarbo entre ellos hasta dar con un relicario muy delicado y bello, formaba una especie de esfera, cubierta de hojas y tallos de una enredadera, todo grabado en ella.

La arrojo al rubio por encima de la cabeza del moreno que lo miraba receloso al parecer con algo de prisa. Asi que decidio apresurar las cosas

- Abrela- ordeno.

Dentro primorosamente doblados estaban 5 billetes de 1000 rublos, algo asi como 140 euros.

-¿es suficiente para iniciar?

El rubio sonrio cerrando el relicario- Parece que si - asi que dinos - se acerco a Naoto colocandole el relicario al cuello - que es lo que quieres que traigos primero?, el relicario volvera a ti con regularidad para ser rellenado - Que opinas Naoto?

El ruso no pudo evitar una mueca de desagrado y aprension al ver su precioso relicario colgando de otro cuello.

Esa pequeña pieza de arte, era muy especial para el. Pertenecia a su amante; Aquel encantador chiquillo del que se habia enamorado hacia ya muchos ayeres, y por quein pensaba volver saliendo de este pútrido lugar.

Asi que camino tranquilamente hasta quedar a espaldas de Naoto y agachandose y abrazandole por la espalda dejo que sintira su calido aliento en la oreja mientras susurraba con un tono dulcemente amenazador

-Mas vale que lo cuide Señor, no me gustaria tener que quitarlo de su inerte cuerpo manchado de sangre, vale?

Elliot entre cerro los ojos ante lo que el ruso estaba haciendo - de acuerdo, de acuerdo - se acerco al par - sueltalo - le exigio para enseguida quitar el relicario del cuello de Naoto - yo me lo llevare y cuando saquemos el dinero te lo traere de nuevo y Naoto y yo idearemos una forma de pago - Suspiro pesadamente - En serio chicos ustedes se toman esto muy enserio